martes, 17 de abril de 2012

¡Tú me vas a perdonar!, pero...

¡Tú me vas a perdonar!, pero...

¡Tú me vas a perdonar!, pero...., es una frase muy corta pero definitivamente colmada de un inmensurable poder, pues cada vez que la utilizas para empezar una intervención verbal le impone una fuerza y determinación enorme a lo que vayas a decir luego. Es casi como iniciar una presentación con un buen estrechamiento de manos acentuado con una simpática sonrisa, algo asi como entrar a una reunión con un buen perfume y unos excelentes tacones altos tipo aguja. Me encanta esa frase, tiene carácter, énfasis y humor, precisamente las cosas que más me agradan en una lectura, y sobre todo esta hecha para determinar que lo que viene a secundarla es importante escucharlo o verlo, porque defiende una visión amplia y justa en cualquier contexto. Agradezco a la vida quien me trajo esta frase encarnada y me enseño a amarla, para todo lo demás confio en el sentido común y la capacidad de realizar críticas constructivas y de amplio análisis que pueda realizar el lector.

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