sábado, 21 de abril de 2012

Los "Jala-bolas"


"Jala-bolas" son vocablos pertenecientes al gentilicio latinoamericano que define a un individuo sin personalidad, adulador, complaciente, sin ningún tipo de opinión, que hace ver ante sus superiores laborales que pretende ser eficiente cuando solo tiene intenciones de elevar su posición a través del chisme y la adulación. Estos personajes comúnmente utilizan sus técnicas de zalamería con sus jefes o con alguna persona de la cual quieren conseguir algún tipo de beneficio.



Particularmente conozco un extenso abanico en relación a los tipos de "jala-bolas", de hecho, en Venezuela existe una canción llanera muy popular llamada "yo si soy un jala-bolas", en donde el autor expresa las virtudes de ser adulador excesivo con tu jefe y las oportunidades laborales que puedes conseguir tomando esta actitud como técnica de superación. De seguro muchos de nosotros conocemos varios de éstos individuos o peor se sienten conscientemente jala-bolas.



Así pues. lo importante de resaltar del tema es la forma como podemos ubicar fácilmente a un jalabolas, y además evitar que puedan afectarnos con sus triquiñuelas. Así que les coloco a continuación algunas características que pueden notar fácilmente de los jala-bolas para que puedan diferenciarlos sin demora.



En principio, un buen jala-bolas siempre habla mal de su jefe cuando éste no está, es el que enardece a los demás vociferando las peores faltas y defectos que éste pueda tener, todo para hacer creer a los demás que es una persona vivaz con mucho sentido de la justicia y parcializado hacia sus compañeros; sin embargo, la cruda realidad es que hablan de los demás con el jefe, pues ésta sólo es parte de la táctica que utilizan para ganar su confianza y preferencia.



Otro de los indicativos muy comunes de los jala bolas es que, aunque se quejan de todo, nunca hacen nada para mejorar las condiciones por las cuales supuestamente se preocupan, y menos ser el delegado que va hablar directamente con el jefe de las dificultades laborales, en cambio, siempre está tratando de figurar utilizando otras de sus tácticas, como por ejemplo hablar primero en las reuniones, asentir con movimientos de cabeza positivos cuando su jefe habla, tomar ideas de otros compañeros como suya y expresarla sin reconocer el mérito ajeno, etc...



Los jala-bolas al contrario de sus demás compañeros muy rara vez son los más dedicados y responsables con las tareas laborales, más bien les cuesta llegar temprano e irse tarde, y cuando enfrentan una tarea laboral que implica un considerable nivel de dificultad, tienen varias tácticas para desentenderse de ellos, por ejemplo se fingen enfermos y solicitan permiso, si tienen vacaciones atrasadas las piden con la excusa de que tienen un hijo, su madre o su pareja enferma, y si tienen subordinados lo típico es que le transfieran la responsabilidad de hacerlo a alguno de ellos, claro y si todo sale según lo esperado por ellos, dicen que lo hicieron ellos según lo ordenado por el jefe.



Siempre son los que conocen a los familiares del jefe y tratan de las mil maravillas a las esposas y esposos, además comúnmente se ofrecen a realizar las típicas diligencias familiares que no puede hacer éste por estar muy ocupado, como por ejemplo; comprar el regalo de los niños en navidad, reservar el vuelo de las vacaciones, comprarle el almuerzo donde le gusta, llevarle la ropa a la lavandería, etc.



Otra conducta muy vista en los jala-bolas es la costumbre de invitar al jefe a fiestas y agasajos en sus casas, esto lo hacen con la intención de hacerlo su amigo, pues no hay forma más fácil de estrechar los lazos de amistad con una persona que en una fiesta donde obviamente consumirás el elixir de la sociabilidad, ese que hace más feliz y habladora a la gente.



Pues, a este respecto podría enumerar un sin fin de conductas típicas de los jala-bolas, pero prefiero culminar añadiendo los siguiente;  ignoro si entras dentro de este perfil, pero estoy segur@ que conoces a alguien que entra dentro del patrón conocido de "jala-bolas", lo mejor que puedes hacer es mantenerte distante de éstos personajes y tratarlos de forma muy diplomática, de esa forma quizás puedes salvarte de verte involucrado en algunas de sus artimañas para obtener lo que quieren, y si el "jala-bolas" resulta que es tu jefe mediato, qué tu Dios te cuide y ten paciencia. Para todo lo demás existe MASTERCARD.



martes, 17 de abril de 2012

¡Tú me vas a perdonar!, pero...

¡Tú me vas a perdonar!, pero...

¡Tú me vas a perdonar!, pero...., es una frase muy corta pero definitivamente colmada de un inmensurable poder, pues cada vez que la utilizas para empezar una intervención verbal le impone una fuerza y determinación enorme a lo que vayas a decir luego. Es casi como iniciar una presentación con un buen estrechamiento de manos acentuado con una simpática sonrisa, algo asi como entrar a una reunión con un buen perfume y unos excelentes tacones altos tipo aguja. Me encanta esa frase, tiene carácter, énfasis y humor, precisamente las cosas que más me agradan en una lectura, y sobre todo esta hecha para determinar que lo que viene a secundarla es importante escucharlo o verlo, porque defiende una visión amplia y justa en cualquier contexto. Agradezco a la vida quien me trajo esta frase encarnada y me enseño a amarla, para todo lo demás confio en el sentido común y la capacidad de realizar críticas constructivas y de amplio análisis que pueda realizar el lector.